
Esta semana ingresó un proyecto de ley al Congreso de la Nación impulsado por el diputado nacional Ricardo López Murphy, ex ministro de Economía y referente de Republicanos Unidos, que propone crear una nueva unidad monetaria llamada Argentum con el objetivo de eliminar tres ceros al valor actual del peso argentino.
El Argentum, identificado con las siglas AG, equivaldría a 1.000 pesos actuales. La iniciativa plantea que cada centésima parte se denomine centavo. Según el articulado presentado, el cambio de signo monetario se implementaría a partir del 1 de enero de 2026, con un período de transición de seis meses en el que pesos y Argentum podrían circular de manera simultánea como monedas de curso legal.
El proyecto ingresado en la Cámara de Diputados establece en su Artículo 1° que a partir de la fecha señalada se declarará el curso legal de billetes y monedas denominados Argentum en todo el territorio nacional, con una equivalencia de mil pesos por cada unidad de la nueva moneda. La iniciativa faculta al Banco Central de la República Argentina para emitir billetes y acuñar monedas bajo la nueva denominación y para sellar los billetes de pesos ya emitidos, reconociéndoles los mismos efectos legales.
En el Artículo 2° se especifica la facultad otorgada al Banco Central para gestionar la emisión, acuñación y sellado de los billetes existentes. El Artículo 3° dispone el cese del curso legal del peso desde el 1 de enero de 2026, estableciendo que todos los billetes y monedas en circulación se considerarán de pleno derecho Argentum según la equivalencia definida.
El Artículo 4° ordena que a partir de esa fecha, las entidades financieras deberán convertir los saldos bancarios expresados en pesos a Argentum. Esta obligación alcanzará cuentas corrientes, cajas de ahorro y otros instrumentos bancarios. Además, las órdenes de pago y cheques emitidos en pesos deberán ser atendidos por su valor en Argentum.
El Artículo 5° indica que las obligaciones de dar sumas de dinero fijadas en pesos deberán pagarse en Argentum, manteniendo la equivalencia establecida. En el Artículo 6°, se aclara que las remuneraciones del personal en relación de dependencia y las prestaciones previsionales deberán abonarse en la nueva moneda desde el mismo 1 de enero de 2026.
El Artículo 7° establece que este cambio de denominación no modificará las convenciones entre partes, excepto en lo relativo a la moneda de pago y solo cuando hayan sido fijadas en pesos. El Artículo 8° dispone que toda norma vigente que haga referencia al peso se entenderá convertida a Argentum.
El Artículo 9° prevé un período de transición de seis meses durante el cual circularán simultáneamente billetes y monedas en pesos y en Argentum. Al cabo de ese plazo, únicamente el Argentum tendrá curso legal.
El Artículo 10° detalla el mecanismo de redondeo para montos convertidos que resulten en fracciones menores a medio centavo. Se indica que se redondeará hacia arriba si la fracción excede 0,0025 AG o se eliminará si no supera dicho valor.
El Artículo 11° obliga al Poder Ejecutivo a implementar una campaña masiva de difusión en medios de comunicación y redes sociales para informar a la población sobre el contenido de la ley. Finalmente, el Artículo 12° especifica que la ley entrará en vigencia conforme al artículo 3° de la ley 26.994.
En los fundamentos del proyecto, López Murphy argumenta que la Constitución Nacional atribuye al Congreso la facultad de hacer sellar moneda y fijar su valor, y destaca la necesidad de delegar en el Banco Central la emisión y acuñación.
El texto detalla el recorrido histórico de la moneda argentina, mencionando el peso moneda nacional sancionado por la ley 1130 en 1881, el peso ley 18.188 instaurado en 1970 que eliminó dos ceros, el peso argentino de 1983 que eliminó cuatro ceros, el Austral de 1985 que eliminó tres ceros y el peso actual establecido en 1991 tras eliminar cuatro ceros del Austral.
El proyecto considera que la historia monetaria del país refleja procesos de inflación persistente y acumulativa que deterioraron el valor nominal de la moneda. Indica que el uso cotidiano de cifras en miles o millones para expresar precios, remuneraciones, presupuestos y operaciones comerciales complejiza innecesariamente las transacciones, los registros contables, los sistemas informáticos y la comunicación pública.
López Murphy enfatiza que la eliminación de ceros es una herramienta técnico-administrativa, no una medida económica de fondo. Señala que no altera el poder adquisitivo ni los derechos adquiridos, pero permite ordenar el sistema monetario, simplificar cálculos y reducir errores operativos y administrativos en sistemas informáticos, impositivos, bancarios y comerciales.
El diputado destaca la intención de fortalecer el valor simbólico de la moneda con una denominación moderna, neutra y coherente con la cultura nacional. Sostiene que el cambio brindaría seguridad jurídica e institucional, garantizando la continuidad de los contratos y las obligaciones existentes.
La iniciativa presentada en el Congreso remarca que el Argentum busca evitar cifras millonarias que complican las gestiones públicas y privadas. El proyecto establece la conversión automática de todos los contratos, documentos e instrumentos de pago emitidos en pesos antes del 1 de enero de 2026.
El texto subraya que las remuneraciones, jubilaciones y pagos deberán expresarse en Argentum desde esa fecha. También prevé que cheques y órdenes de pago en pesos sigan siendo válidos, pero con la conversión correspondiente a AG.
Se indica que toda referencia al peso en leyes o normativas deberá entenderse automáticamente como Argentum. Además, faculta al Banco Central a emitir los nuevos billetes y monedas y a sellar los existentes para su uso como Argentum durante la transición.
El proyecto impone la obligación de realizar una campaña de comunicación para explicar de forma clara y masiva los alcances de la medida. Esta campaña se desplegaría en medios tradicionales y redes sociales en todo el territorio nacional.
En entrevistas concedidas a medios, López Murphy describió la medida como de carácter técnico y administrativo. Aclaró que no implica un cambio económico de fondo ni modifica el poder adquisitivo. Según sus declaraciones, busca reducir costos asociados tanto a la impresión de billetes como al manejo digital de cifras elevadas.
El diputado también argumentó que la propuesta apunta a clarificar presupuestos, facturación y registros contables, mejorando la eficiencia operativa en un contexto de inflación sostenida que obliga a lidiar con montos nominales altos.
En los fundamentos presentados en el Congreso, López Murphy resaltó la experiencia argentina en procesos anteriores de eliminación de ceros. Recordó el reemplazo del Austral por el peso en 1991 como el antecedente más reciente.
El articulado de la ley también contempla la conversión automática de todas las obligaciones, contratos y saldos bancarios, respetando el valor real y sin generar cambios en los derechos adquiridos de las partes.
Se señala que la medida permitiría una transición ordenada, evitando sobresaltos o discontinuidades bruscas, con un cronograma que incluye seis meses de convivencia entre las dos denominaciones.
El texto legal prevé que la equivalencia de conversión se fije en uno a mil y especifica las normas para redondeos y ajustes contables menores. También regula la atención de cheques, órdenes de pago y toda otra operación vinculada a sumas de dinero.
Al explicar los motivos de la propuesta, el proyecto menciona que la eliminación de ceros permitirá facilitar la lectura, expresión y comprensión de precios, salarios y cuentas, al tiempo que reducirá los errores operativos.
En este sentido, se considera que el Argentum busca aportar claridad y seguridad jurídica, modernizando la denominación de la moneda sin modificar compromisos ni derechos ya adquiridos por las partes.
El diputado invitó a sus colegas a tratar y sancionar la iniciativa, destacando su carácter prudente y orientado a mejorar el funcionamiento del sistema monetario nacional.