
Gonzalo Salas logró el tercer puesto de la final en Paraná y ganó la competencia entre los Senior, para los pilotos más experimentados.
Gonzalo Salas, con un fructífero pasado como ciclista y triatleta, logró su primer podio desde su desembarco en el automovilismo, allá por 2023. El pasado domingo fue tercero en la final de la novena fecha del TC 850, disputada en el autódromo Ciudad de Paraná, escenario de la penúltima carrera de la actual temporada. La última será el 16 y 17 de noviembre en Concepción del Uruguay, con el Gran Premio Coronación.
Tardó 20 minutos, 46 segundos y 729 centésimas en completar la prueba pautada a 14 vueltas y terminó cuarto en pista, pero heredó el tercer puesto por un recargo a Román Fontana (pasó del tercero al décimo lugar) por un toque a Martín Miraglio en una definición caliente en el Club de Volantes Entrerrianos (CVE). Así, el paranaense completó el podio que encabezó Fabio Todone (20m40s966), escoltado por Pablo Morales (20m44s711).
“Es mi primer podio. La verdad que es una alegría muy grande. Vino antes de lo que, tal vez, esperábamos o soñábamos, porque uno no sabe si en algún momento iba a poder darse. Ha sido una gran alegría compartida con el equipo, fundamentalmente, con la familia y los amigos que apoyan esta actividad. Estoy más que contento y disfrutando un poco de lo que vivimos en el autódromo este fin de semana”, comentó en diálogo con ANÁLISIS.
“Yo ya estaba festejando el cuarto puesto. Era excelente para mí entrar entre los cinco primeros o ser más partícipe de la competencia que en otras oportunidades. Veníamos de un fin de semana que no había sido del todo bueno, con un poco de mala suerte y demás, entonces la idea era disfrutarlo. Si venía un premio o una buena ubicación dentro de la competencia iba a ser bien recibida, y creo que es lo que pasó”, agregó Salas,
Del tercer lugar se enteró con el parque cerrado, cuando habían pasado por la revisión técnica y Sebastián Spoturno, el jefe del Pepurry Racing, el equipo que representa en cada carrera, dejaba ver su felicidad por la buena labor de los cuatro pilotos que forman parte de su estructura: Mariano Mendiburo (20m48s254) se ubicó cuarto; Marcos Franicevich quedó séptimo en su segunda carrera oficial, y Julián Mendiburo, 15to. “Es motorista, chasista, jefe de equipo y también amigo, porque hicimos nuestras primeras armas en el karting”, explicó Salas sobre el propietario de la estructura con sede en cercanías al Parque Industrial.
“Soy sincero: el auto estaba mejor que nunca y muy de a poco yo estoy aprendiendo a interpretar algunas cosas que pasan en él. De esta manera, las puedo transmitir para que los chicos que nos atienden puedan plasmar esos datos, esas tendencias que pueda llegar a tener el auto, y las van corrigiendo”, sostuvo Salas, pero destacó otro aspecto en el andar de su Fiat 600. “El motor anduvo de maravillas. Pero creo que fue clave que colocamos dos gomas traseras nuevas, y esto hizo que el auto respondiera de manera diferente. No lo habíamos hecho en el transcurso del año y se notó un gran cambio. Así que estoy más que conforme con la atención de los chicos, la predisposición que tienen constantemente y gracias a ellos salen estas cosas”, señaló.
Con el tercer puesto del domingo, Gonzalo Salas sumó un nuevo trofeo entre los Seniors, los pilotos más experimentados que compiten en un campeonato paralelo. Sus buenas actuaciones, lo han llevado a ser protagonista, aunque le cuesta adaptarse a este formato de campeonato largo, ya que está acostumbrado a fijarse objetivos a corto plazo. “Nosotros arrancábamos una temporada de 10 meses, más o menos lo mismo que dura una temporada en el automovilismo, pero enfocábamos o apuntábamos a objetivos particulares en determinadas épocas del año. Eso es lo que nos hacía progresar; no existía el formato campeonato. Entonces, en mi caso, en mis últimos años apuntaba a la Vuelta de Chile o la Vuelta de San Juan, cuando corría en Argentina. Pero no me pidas la Doble Bragado, porque ya había puesta toda la carne al asador en San Juan, que era la prueba anterior, y el cuerpo no resistía, no podías ganar todo lo que corrías. Tenías que adaptarte al tipo de recorrido, a la montaña, si eras pistero o rutero, si tenías contrarreloj o no… Un montón de cosas que hacen que le des importancia a la carrera individual y no a la suma puntos”, explicó.
Si bien lo de la “Copa Máster” en un primer momento le “generó una satisfacción enorme porque significó su “primer trofeo en el automovilismo y fue un podio espectacular”, Salas confesó que busca una superación personal constante y lo explicó con una anécdota reciente. “En la última carrera, que tuvimos inconvenientes en Concordia (por la bomba de nafta), tuve que decidir si viajaba a Gualeguaychú con mi mecánico a cortar los precintos allá (los motores quedan precintados tras la competencia), para no perder los puntos que había conseguido. Entonces, si yo no iba y cortaba los precintos acá (en Paraná), perdía esas unidades. Y decidimos hacerlo así porque no somos profesionales, somos amateurs y no podemos perder un día de laburo. Finalmente, me saqué una mochila enorme, dejé de correr mirando el espejo. Me propuse que no me quite el sueño y empezar a pensar en correr mirando más hacia adelante”, detalló. “Fue un poco lo que pasó y se lo había contado a un montón de personas que me guían, y les pareció bien. Esto hizo que yo empezara a pensar más en el resultado general de la prueba y no tanto en la carrera de Máster. Si ese premio llega, bienvenido sea y disfruto de un trofeo. Cuando me entregan un premio del automovilismo me trae recuerdos de cuando era ciclista infantil; es una alegría al alma, a esta edad no puedo pedir más”, añadió.
-¿Es comparable un podio dentro del automovilismo con los que protagonizaste como ciclista? ¿Qué similitudes y qué diferencias encontrás con los otros deportes que practicaste?
-La gran diferencia entre el automovilismo con el ciclismo, el triatlón, la natación, el atletismo es que estos últimos deportes son extremadamente exigentes en cuanto a lo físico y eso se entrena y se prepara con muchísimas horas para lograr los objetivos de cada deportista. Y si bien el automovilismo es una pasión, como esos que mencioné, el motor es mecánico, entonces ya no se entrena tanto como los otros deportes que comenté anteriormente. Las horas de entrenamiento son diferentes, acá se transforman en horas de trabajo y atención. Entonces el esfuerzo pasa a ser más mental que físico en el auto. Obvio que los otros tienen una gran cuota de esfuerzo y fortaleza mental, pero esa media hora de la final o todo el fin de semana, mantenerse psíquicamente sólido a pesar de las adversidades, sería como lo más complejo del automovilismo. Me gusta. Es un desafío y lo estoy recién conociendo, y viendo qué pasa. Seguramente el año que viene tendré más experiencia que éste y tal vez pueda resolver mejor alguna situación o no. Es todo como se vaya dando, pero creo que la experiencia manda y para nosotros, a esta edad, esa experiencia te la dan las carreras y los campeonatos en sí, así que recorreremos el camino para seguir sumando lo necesario y logrando satisfacciones individuales y colectivas, porque el equipo es gran parte de todo esto.
-¿Cuánto considerás que mejoraste como piloto desde tu primera carrera en la categoría?
-Alguna evolución, seguramente, hubo en cuanto a lo conductivo. Pero creo que el mayor avance es que estoy empezando a notar algunas cositas que he podido transmitir o pedir a la gente del equipo, y que ellos han sabido plasmar en el auto para que todo mejore. Creo que también que se mejora en conjunto, con mejoras conductivas no es suficiente para lograr un buen resultado, así que el triunfo y el mérito es de todos, más que individual.
-¿Cómo es la relación con los otros pilotos del Pepurry Racing? Son un equipo numeroso y desde afuera se los ve pendientes de todo, unidos, aconsejándose…
-La relación con el resto de los pilotos es inmejorable, muy, muy buena. Es de mucho respeto, colaboración, buena predisposición para solucionar los problemas que puedan estar dándose en un auto o en otro. En realidad, el equipo ya trabaja de esa manera y nosotros no tenemos más que adaptarnos, con mucho respeto de por medio, y eso es lo que suma. Da gusto organizar una próxima fecha, con todo lo que ello implica: tanto en lo deportivo, dentro del autódromo, como afuera, con asados de por medio, charlas donde uno tiene la posibilidad de nutrirse de buenas experiencias de otros pilotos, y tratar de aprender más sobre esta actividad.
-¿Cuál es el objetivo de acá al final de la temporada? Queda una sola carrera…
-El principal objetivo del Premio Coronación es disfrutarlo a pleno porque después pasan tres meses sin carreras y se va a extrañar. Pero queda la satisfacción de haber recorrido un año realmente lindo; de mucho aprendizaje y de muchas vivencias; así que más que nada agradecer a la familia, que nos hace el aguante y nos permite todavía estar participando o sentirnos deportistas, que es lo más lindo que nos puede pasar; al equipo, a la gente que da una mano, hay gente que trabaja desinteresadamente en nuestro auto en silencio: motoristas, rectificadores, gente que hace las cosas bien y por lo general no los reconocemos todo el tiempo. Respecto de lo deportivo de la última fecha, me gustaría ir un poquito más mi límite. A desafiar un poco ese tiempo, bajar mi mejor tiempo. Después lo que se vaya dando, será bien recibido.