Mariano Werner contó que se quedó con una doble sensación tras la carrera en Posadas.
Un pincelazo de habilidad representó 35 puntos para Mariano Werner en el fin de semana de Turismo Carretera en Posadas, más de lo que sumó en las tres carreras anteriores. Cortó una racha de complicaciones que se le presentó luego de la victoria en Toay, La Pampa, pero a la vez tiene una preocupación sobre el rendimiento del Ford Mustang.
Lo primero que hizo el entrerriano ante el micrófono de Campeones fue agradecer a todo el grupo de trabajo por el esfuerzo para mejorar la performance. Al mismo tiempo, reconoció que la cosecha fue mejor que el merecimiento: “Sacamos un gran resultado, no estábamos para esto. Los despistes y los abandonos nos ayudaron”.
El campeón actual destacó que el manejo fue complejo y los errores estaban al caer. Particularmente porque el clima jugó sus cartas con lluvia y barro a la vez, en una pista que se volvió cada vez más difícil. “Se puso bravo en el final, veníamos sobre bolitas, pero posiblemente fue para todos igual. Fue una carrera a no equivocarse, me pasó dos veces en la horquilla de la recta de largada, donde casi me fui a fuera como le pasó a varios rivales”, reconoció.
Finalmente, el cuarto lugar en el trazado de la capital misionera permitió al paranaense sumar fuerte. En función del campeonato y la definición de la Etapa Regular del torneo de TC, José Manuel Urcera (Mustang) culminó delante suyo, en tercer puesto, mientras que Mauricio Lambiris (Mustang) fue séptimo. Pero Julián Santero (Mustang) y Diego Ciantini (Camaro) no tuvieron igual suerte y dejaron muchos puntos en el trazado posadeño.
“Me voy feliz por eso, pero con el objetivo de evolucionar, que lo necesitamos en general. Nos falta un cachito de cada cosa para poder pelear. Si pienso en los puntos que hemos perdido agarro la morsa y me aprieto los dedos. Pero el deporte es así, muchas veces premia y otras veces castiga. Lo importante es que volvimos a estar bien”.
