
Rody Agut, el motorista de Mariano Werner, celebró a lo grande las conquistas en el TC y el TC Pick Up.
“Detrás de un gran piloto hay un gran equipo”. Aunque algo trillada, esta frase encaja perfecto a la hora de analizar los campeonatos que logró el paranaense Mariano Werner en el Turismo Carretera y TC Pick Up en la temporada que recientemente llegó a su final. Y en ambas consagraciones hay un nombre y apellido que se repite: Rodolfo Agut.
El histórico motorista fue una pieza clave ya que se encargó de la atención de los multiválvulas que equiparon al Ford en el TC y a la Toyota Hilux en el TC Pick Up. Rody, tal como todos lo conocen, no solo es uno de los preparadores más exitosos de la Argentina, sino que también está íntimamente ligado a todas las gestas conseguidas por el entrerriano dentro de las categorías de la ACTC.
Al igual que el piloto nacido en Paraná, Agut se dio el lujo de festejar dos títulos en apenas siete días. Y por supuesto le dio la valoración que corresponde. “No es fácil ganar dos títulos en un mismo año, hay que laburar mucho, se tienen que dar un montón de cosas. Por suerte se dio en las dos categorías”, dijo en declaraciones a SoloTC.
Este domingo, en San Juan, Rody celebró su quinto título personal en la Máxima, con la particularidad de que todos los alcanzó con Ford: en 1993 con Walter Hernández, 2013 junto a Diego Aventín, y el tricampeonato en 2020, 2021 y 2023 junto a Mariano Werner.
No obstante, y pese a su postura que lo muestra siempre relajado, el motorista reconoció que la definición en El Villicum la vivió con cierta inquietud. “A veces estoy un poquito nervioso, tengo que ser sincero. Pero me voy contento por haber logrado en los últimos dos fines de semana los campeonatos de TC Pick Up y TC. No es fácil”, remarcó.
La dupla Werner-Agut resulta prácticamente infalible en estos últimos torneos del TC. Es que de los cuatro disputados desde el 2020, ganaron tres mientras que el año pasado se quedaron fueron segundos detrás de Manu Urcera (Torino). “Metimos dos al hilo y en el otro salimos subcampeones. En este hicimos las cosas bien durante todo el año y nos permitió llegar con una cantidad importante de puntos a la última del año, eso nos fortaleció un poco”, destacó.
Con el título abajo del brazo, vendrán algunos días de descanso para el preparador que llegó al TC en 1986 de la mano del inolvidable Omar Wilke. Pero tampoco hay mucho para relajarse, ya que a fines de febrero comenzará un nuevo certamen que lo tendrá a Werner arriba de un Ford Mustang. “Va a ser un año de desarrollo, así que veremos cómo nos va”, cerró.