
"El coronavirus nos ha marcado la agenda de buena parte del año, y particularmente desde la gestión estamos tratando de salir de eso”, afirmó Galimberti.
El intendente de Chajarí, Pedro Galimberti, definió la realidad de la localidad en el contexto de la pandemia y del relajamiento que se ve en la sociedad tras ocho meses de cuarentena.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Galimberti indicó que la situación por el Covid-19 “es un tablero que se mira todos los días y de tener 200 casos activos se pasó en Chajarí a tener algo más de 70 y un solo confirmado ayer”. “En líneas generales estamos bien sabiendo que hay un largo tiempo a seguir observando, pero la realidad es que estamos mejor. Ayer hubo un solo caso positivo cuando veníamos de tener hasta 49”, definió.
Admitió que “hubo una escalada de casos más” tras los festejos del día del estudiante pero marcó que eso “no fue nada diferente a lo que sucede con las fiestas clandestinas que se producen todos los fines de semana a lo largo y a lo ancho de la provincia”. En tal sentido, dijo que “ese mismo fin de semana de la primavera se desactivaron tres fiestas clandestinas en la zona” y resaltó que “en las playas de nuestra región en estos días se pueden encontrar 2.000 personas, porque la gente sale igual”.
Ante ello, reconoció que tanto el personal de salud como policial están desbordados. “Para decirlo de manera campechana, al pobre milico lo estamos mandando a hacer todo”, refirió.
En este contexto, opinó que “la cuarentena debe tomar otro rumbo, porque la diversión contra fin de año con las colaciones, los egresados que terminan, las fiestas de fin de año, hay que encontrarle algún mecanismo de cierto control porque si no las fiestas van a pasar igual y se van a realizar de una u otra manera”. Como ejemplo, mencionó que “para las fiestas clandestinas los gurises se van fuera de los ejidos urbanos para que sea más difícil encontrarlos, alguna policía de zonas rurales o subrurales tienen móviles con poca nafta y hasta en pocas condiciones mecánicas”.
“La verdad es que el coronavirus nos ha marcado la agenda de buena parte del año, y particularmente desde la gestión estamos tratando de salir de eso, reconociendo que está pero sabiendo que hay que convivir con esta emergencia sanitaria y que también hay que ir haciendo otras cosas”, reflexionó.
Por otra parte, el intendente reconoció que “en septiembre se presentó un protocolo de ocio seguro y responsable que está pendiente de que lo contesten, en el que básicamente se propone que determinados eventos de hasta 25 a 30 personas se puedan realizar al aire libre, tendientes a celebrar algún cumpleaños con determinadas condiciones y para que la gente que trabaja en ese tipo de eventos pueda tener una salida porque ahora no están haciendo nada”.
Agregó que se plantea también “que algunos eventos al aire libre que se pueden realizar en las canchas de fútbol de los clubes u otros espacios abiertos donde se puedan juntar 200 a 300 personas y desarrollar un evento”. “Lo veo cada vez más factible pero siempre estableciendo una serie de requisitos y controlando los casos que puedan ir apareciendo”, sostuvo.
Del mismo modo, indicó que “hace pocos días se elevó un protocolo para las recepciones donde trabajaron mucho los padres, los delegados de agrupaciones y los chicos”.
“Cuando estuve con el gobernador le había pedido el regreso de la actividad turfística y además le plantee que sería lógico, por como acontecen las cosas y como se están comportando en los diferentes lugares, que se le diera un marco de legalidad a todo esto y donde podamos tener algunos controles. Vamos a tener críticas sin dudas, pero lo peor que podemos hacer es no hacer nada y pensar que las cosas no van a pasar, porque todos los fines de semana la realidad nos demuestra que tenemos inconvenientes en pueblos y ciudades de la provincia”, apuntó.
Por otra parte, Galimberti sostuvo que “desde el punto de vista de la actividad turística, con las termas que son el principal atractivo, el lago Salto Grande y el camping, estamos en condiciones de comenzar la actividad, pero hay que ver cómo se organiza la cuestión desde el Estado; no creo que los hoteles puedan funcionar con esos valores del 40% de ocupación, pero habrá que probar. Si se puede arrancar de esa manera, se irá viendo y monitoreando la situación porque la realidad es que el fin de semana en las playas de Santa Ana hay 3.000 personas, sea el protocolo que sea la gente sale igual”.
“La realidad nos termina marcando un camino donde lo peor que podemos hacer es pensar que las cosas no existen”, definió.
Asimismo, mencionó que “la situación es compleja desde la cuestión sanitaria pero también desde la articulación con cuestiones sociales y económicas en el futuro”. “Eso me quita bastante el sueño porque veo que hay cosas que parecería que no podrán funcionar, la incertidumbre sigue reinando, y por ejemplo hasta ahora no escuché al CGE anunciando que en marzo del año que viene comenzarán las clases. Me preocupa muchísimo porque estamos perdiendo un tiempo precioso, en la educación virtual los docentes dicen que trabajan más pero advierto que en la mayor parte de los casos los resultados no son buenos, y ante eso el CGE no está dando una señal clara de cuál es la hoja de ruta y eso pasa en todos los aspectos”, analizó.
“Esta incertidumbre que tenemos hace que el panorama sea complicado, aunque estos días se ha insertado la esperanza de que aparece la vacuna pero como con este virus, todos vamos improvisando sobre la marcha. De todos modos, siempre digo que esta es una carrera de resistencia, no de velocidad, con lo cual hay que ir todos los días haciendo lo que se puede hacer”, reflexionó el intendente.
“Hace unos días apareció un paciente con síntomas sospechosos en el hogar de ancianos que depende del municipio, el hospital no lo quería hisopar por lo que se hicieron test rápidos y aparecieron dos más, así que hoy se hará el testeo de la totalidad de los abuelos para saber dónde estamos parados. Hace una semana esto no era un problema y ahora apareció poniendo una señal de alarma”, ejemplificó.
“Todo es en el día a día y eso desgasta muchísimo porque quita tiempo para una gestión de mediano y largo plazo. Por otro lado la economía va, hay algunos índices de que se retomó cierta normalidad de lo cual desconfío un poco porque hay algunas actividades que no están trabajando prácticamente nada. Y esto es importante porque depende después cuanto recaudamos y qué se puede hacer. Por eso el panorama es complicado hay cuestiones sanitarias, económicas y sociales que nos obligan a estar atentos todos los días”, sentenció.
En otro orden, dijo que “en el municipio todos los que son de riesgo por la edad o porque tienen alguna comorbilidad están con el permiso de no trabajar desde el primer día, hay un solo caso de una persona de más de 60 años que pidió trabajar; pasó que cuando hubo algún pico de contagios hubo que cerrar áreas completas, se sectorizaron los lugares y los horarios de trabajo”.
“En el municipio se hacen un montón de actividades que nunca se detuvieron. Salvo los primeros días se trabajó prácticamente normal y cuando fueron apareciendo casos positivos o sospechosos se cerraron las diferentes oficinas”, concluyó.