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Vicentín: el subinterventor designado fue a Reconquista, pero no pudo entrar a la empresa

Vicentín

La comitiva porteña no pudo ingresar porque el edificio estaba bajo llave. (Foto: La Nación/Marcelo Manera)

El designado subinterventor de Vicentín Saic, Luciano Zarich, se presentó este martes por la tarde en el juzgado Civil y Comercial de Reconquista, donde ante su titular, Fabián Lorenzini, notificaron formalmente de la intervención y le entregaron una copia certificada por la Escribanía General de la Nación.

En un breve intercambio se dejó constancia del acto. Por razones de espacio, y para lograr el distanciamiento suficiente, el magistrado no los recibió en su despacho sino en el hall que está en el primer piso del edificio de tribunales. Además, la comitiva porteña no se llevó documentación alguna sobre el caso en cuestión.

Terminado ese breve trámite, la delegación, que llegó al aeropuerto de Reconquista en dos aviones y se movilizó en ocho automóviles y camionetas de la Policía de Seguridad Aeroportuaria con acompañamiento de la Policía Federal, se desplazó al otro lado del Arroyo del Rey, donde están las oficinas centrales de Vicentin, en Avenida San Martín y calle 14 de Avellaneda, donde no pudieron ingresar porque el edificio estaba bajo llave.

Según confiaron a La Nación algunos empresarios relacionados con la firma, el abogado de Vicentin había ordenado al personal desalojar las oficinas y dejar todo cerrado.

El poco personal y algunos herederos de la familia Vicentin que permanecían en la vereda, fueron testigos de la llegada de la delegación oficial rodeada de policías.

El sitio web Reconquista Hoy reflejó que se escuchó un agravio, que alguien expresó: "¡Abran, delincuentes!"; y que "recibió puteadas de respuesta". La otra reacción de integrantes de la delegación estatal fue hacerse unas "selfies con el edificio de fondo", lo que algunos tomaron como una provocación; y se retiraron.

Posteriormente, la comitiva fue a la Municipalidad de Reconquista donde los recibió el intendente, Amadeo Vallejos. Los visitantes pidieron comida y allí permanecieron un par de horas, antes de retornar a Buenos Aires.

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