MUTUALES, DESVÍO DE FONDOS Y BLANQUEO DE ACTIVOS

Lavadores y traiciones

Edición
1150

José Amado

La Mutual 10 de abril era un agujero negro de millones de pesos y dólares. Quien fuera su dueño a la sombra, Guillermo Fabián Caino, está denunciado por quedarse con mucha plata negra que le confiaron otros para obtener intereses, y producir el vaciamiento de la entidad mediante la apropiación de inmuebles y desvío de fondos. Las causas que se tramitan en la Justicia Federal y en la provincial revelan un escándalo sin techo. Una estafa piramidal, donde uno de los “damnificados” por invertir cientos de miles de dólares es Juan José Canosa, el expresidente de Sidecreer condenado por corrupción y con una causa por enriquecimiento ilícito que ahora se complica aún más. Una historia de negocios con el Estado y vendettas entre conocidos apellidos del hampa de guante blanco. Y una posibilidad para trazar la ruta de parte del dinero negro que se lava en construcciones y bienes suntuosos. Mientras, quienes asoman para quedarse con la mutual ya intervenida son otros personajes del mutualismo entrerriano que se cansaron de hacer negocios con el Estado.

Guillermo Fabián Cainorecibía en su oficina a distintos personajes de Paraná que tenían una buena cantidad de fajos de dólares debajo del colchón o que habían recibido esos billetes verdes por algunos de los tantos circuitos del dinero ilegal de Paraná. Les prometía mover la plata a través de la entidad que manejaba a su gusto: la Mutual 10 de abril, creada para otorgar “ayudas económicas” a empleados públicos con el cobro automático de las cuotas a través de la tarjeta Sidecreer. A su vez, en los últimos años, esta actividad erala pantalla de la actividad más lucrativa: la circulación de grandes sumas de dinero de ciudadanos,sin declarar. Los intereses de las primeras cuotas a los inversores, Caino los pagaba con el dinero de nuevos clientes, mientras desviaba el grueso de los dólares hacia la compra de bienes a su nombre y a otros destinos desconocidos.

Como sabía que los reclamos y las demandas judiciales no iban a tardar en llegar, en poco tiempo vació la mutual mediante la transferencia de los bienesy cesiones de títulos hacia él, su entorno familiar y empresas, en las que aparece el abogado paranaense Gerardo González Viudes. Muchas de esas falsas ventas y cesiones eran fedateadas por el escribano Martín Torrealday. Los damnificados se presentaron en Tribunales y hay denuncias penales que comenzaron a tramitarse en la Fiscalía por la defraudación.

Estas maniobras llegaron a oídos de los enemigos de Caino y rápidamente al INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) del que dependen todas las mutuales y cooperativas del país. Este organismo que depende del gobierno nacionalenvió una veedora que analizó actas y operaciones de la Mutual 10 de abril: lo que encontró fue un mamarracho administrativo, contable, financiero y económico. El informe fue presentado en el Juzgado Federal de Paraná y el juez Daniel Alonso autorizó la intervención de la entidad. Se la encomendó al contador Oscar Hundt, quien fue sugerido por la gente del propio INAES, donde tiene un peso importante el presidente de la Mutual Modelo, Adrián Bruffal, un exsocio y actual enemigo de Caino. Hundt emitió un dictamen lapidario sobre la situación de la Mutual 10 de abril.

Amigos son los amigos

Caino no es un novato en el tema de las mutuales. Había formado parte de la Mutual Modelo (fue tesorero, entre otros cargos), presidida por Bruffal, una de las entidades de este tipo más prósperas de este siglo en Paraná y Entre Ríos, que obtuvo inyecciones de dinero fenomenales que les permitió desarrollar grandes negocios y proyectos inmobiliarios de la mano de constructoras amigas con los muchachos de siempre. Antes de convertirse en mutualistas, Caino andaba en un Fiat 147 y Bruffal en un Renault 11. Levantaron una fortuna de la mano de los códigos de descuentos de cuotas a empleados públicos que sacaban préstamos: un negocio crediticio redondo garantizado desde el Estado.

Luego entró también en la trama un personaje que será clave hasta estos días: Miguel León Gutiérrez, un salteño titular de la Mutual del Personal del Ministerio de Salud Pública General Martín Miguel de Güemes, peso pesado del mutualismo a nivel nacional. 

Un cortocircuito rompió la relación de Bruffal con Caino y Gutiérrez. En su entorno hablan de “una mejicaneada”. Lo que sí sucedió es que Caino encontró un nuevo amigo: el abogado Juan José Canosa, quien venía de negocio en negocio en el Estado desde los inicios de la primera gobernación de Sergio Urribarri hasta que lo pusieron al frente de Sidecreer. Como es sabido, esta historia terminó en la condena al letrado por los negocios privados que hizo con la empresa estatal de la tarjeta de crédito.

En tanto, Caino y Gutiérrez usaron su expertise y relaciones para constituir la Mutual 10 de abril, que firmaba contratos de mutuo con Sidecreer para prestar plata a empleados públicos y cobrarse las cuotas en forma asegurada con la tarjeta, aún en el caso del incumplimiento del pago por parte de los deudores. A su vez, en 2011 constituyó CYME SRL, una empresa constructora por donde se canalizaban las inversiones de todo el entorno que acumulaba fortunas, junto a otro integrante del grupo de amigos con funciones en Sidecreer, el contador Pablo Terra. Unos años más adelante iban a aparecer vinculados a esta firma más personajes de esta rosca, como el abogado Flavio Torrealday, quien llevaba adelante las cuestiones legales de la Mutual 10 de abril.

El máximo crecimiento de asociados de la Mutual 10 de abril se produjo cuando rubricó aquel convenio con Sidecreer. Mientras, Canosa firmaba contratos de mutuo con la mutual, donde se sospecha que invertía dinero sin declarar, los cuales eran certificados por el escribano Martín Torrealday (hermano de Flavio), pero que no se asentaron en el ejercicio de la entidad.

La mutual tenía relación con otras empresas y entidades, que figuraban como socios adherentes, entre ellas: Sociedad Anónima Entre Ríos S.A. (propietaria de El Diario), Magnus Argentina S.A., CYME SRL (la constructora de Caino), D&C Construcciones SRL, CAT del Litoral (fideicomiso de construcción), Federación Entrerriana de Vóleibol, La Agrícola Regional, La Dalma SRL, Rizzi Distribuciones, Szczcech SA, Transer SRL, Transportes y Canteras El Antonio SRL y Vivescas SRL. 

Y también tenían relación con Interlagos S.A. (cuyo dueño, Héctor “El Turco” Salé, fue condenado por simular pagos a la AFIP mediante certificados falsos). Esta empresa le transfirió a la mutual siete terrenos lotes en María Grande por una deuda, y aquí aparece vuelve a aparecer Miguel León Gutiérrez. La 10 de abril le cedió a Gutiérrez cuatro de esos terrenos. Y esta mutual con la del salteño firmaron un convenio por el cual se registraron transferencias y deuda por casi 100 millones de pesos. Inexplicable.

Que no quede nada

La mutual 10 de abril había comprado una casa en calle Tucumán 452 de Paraná, en la intersección con Tejeiro Martínez, a metros de Alameda de la Federación, por 270.000 dólares. Con esta propiedad ocurrió algo particular: la mutual le vendió un 50% al salteño Gutiérrez y la otra mitad a Caino, en 200.000 dólares. La operación que no quedó registrada en ningún lado ni fue aprobada por asamblea. Se vende a un monto inferior al de la compra, cuando, además, por entonces ya había una construcción de un edificio de cuatro pisos. El escribano de esta venta fue Martín Torrealday (¿si no quién iba a ser?). Encima, luego de esta transacción (a mediados de 2022), la mutual le paga más de 14 millones de pesos a la constructora CYME SRL, cuyo dueño es Caino.

Además, según pudo saber ANÁLISIS, la construcción de este edificio tuvo y tiene otros inconvenientes, principalmente por quejas de los vecinos, que denunciaron que no se tomaron las medidas de seguridad correspondientes para las casas linderas. Como se dijo, la constructora del edificio es CYME SRL, y su representante y director de la obra es Héctor Hugo Righelato, exdirector de Obras Sanitarias de la provincia, condenado a prisión por delitos de corrupción. Tuvo varias observaciones por parte de la Subdirección de Obras Civiles, e incluso el arquitecto del proyecto, Marcelo Clariá, fue apercibido. Actualmente, esta construcción cuenta con dos torres de vidrios polarizados y mantiene una fachada que, según el proyecto original, quedará hecha una pinturita.

En 2019, la mutual compró un inmueble ubicado en calle Alem 559 de Paraná al mismo Guillermo Fabián Caino, en 10 millones de pesos (arriba de 150.000 dólares, según la cotización de esa época). Pero poco después, la mutual firma un comodato con Caino sobre el mismo domicilio que ya había sido comprado. Asimismo, se rubricaban contratos de obras para refacción con la empresa CYME SRL.

Para este momento, Caino ya había dejado de ser el presidente de la mutual 10 de abril, pero estaba claro que manejaba todo. Puso como titular de la entidad a Fabián Jacinto Elgadban y la secretaria era Marta Juana Rosa Gervasoni, nada menos que funcionaria pública del Instituto de Promoción de Cooperativas y Mutualidades (IPCyMER). Justamente, esta mujer estaba a cargo del área de mutuales de este organismo estatal. Y el hijo de esta señora era titular de la Junta Fiscalizadora de la mutual 10 de abril.

¿Y quién era el apoderado legal de la mutual? Como se dijo, el doctor Flavio Torrealday, quien recibió una probation por una causa por estafa procesal, en la cual fue víctima el empresario de medios de comunicación de Rosario, Orlando Mario Vignatti. Este audaz abogado fue secretario Legal y Técnico de la Dirección Provincial Vialidad (DPV), y cuestionado en su rol por una serie de maniobras presuntamente irregulares reflejadas por ANÁLISIS. Varios años después, resultó condenado a dos años y seis meses de prisión condicional e inhabilitación especial perpetua para ejercer cargos públicos por Fraude a la administración pública en grado de tentativa, y negociaciones incompatibles con la función pública.

En estos últimos tiempos, la mutual continuaba percibiendo mensualmente de la Municipalidad de Paraná varios millones de pesos: es que las autoridades le habían otorgado el código de descuento de haberes para pagar los créditos que habían tomado los empleados municipales. Como parte de la presunta maniobra de desvío de dinero, vaciamiento e insolvencia, la mutual firmó cesiones pendientes de pago de ese dinero proveniente de la Municipalidad a una mujer y dos empresas. La señora es Carina Paola Feltes, exesposa de Caino. Las empresas son Energía Nueva Era SRL y Panca SAS. La primera, del rubro estaciones de servicios y venta de combustibles, que explotaría actualmente la PDV Sur de Carbó e Irigoyen. La segunda aparece creada para los rubros construcción, inmobiliario y financiero, y está integrada por Caino y por el abogado paranaense Gerardo Adrián González Viudes, integrante del Partido Justicialista y excandidato a diputado provincial suplente en la lista 501 Más Para Entre Ríos que disputó las elecciones el año pasado. Una simple búsqueda en el padrón del Colegio de la Abogacía de Entre Ríos arroja que González Viudes tiene domicilio de su estudio jurídico en Alem 559, la misma oficina de la Mutual 10 de abril.

Mientras estas presuntas maniobras de desbaratamiento de la mutual se llevaban adelante, Caino no paraba de agarrar los fajos de dólares que desprevenidos ahorristas y evasores le llevaban a su oficina.

Nos vemos en Disney

Caino dice tener dos departamentos de lujo en Punta del Este, tiene el mencionado edificio en construcción a cuadras del Parque Urquiza y el centro de Paraná, entre otras propiedades, además de vehículos de alta gama: últimamente lo ven moverse por la ciudad en un BMW. Esta explosión patrimonial fue sucedida por las denuncias de varias personas que afirman haber puesto en la mutual millones de dólares para que el hombre los moviera y les devolviera con intereses, pero luego se habría quedado con la plata. Operaciones que se realizaban mediante contratos de mutuos entre los inversores y la mutual 10 de abril. Pero hay algo elemental a tener en cuenta antes de repasar las supuestas defraudaciones: el INAES y la legislación nacional que regula la vida de las mutuales, les prohíbe operar con dólares. Desde el vamos, ya estaban hasta el cuello en la ilegalidad. Y hay otra cuestión no menor: en tal caso, la mutual está obligada a informar a la UIF (Unidad de Información Financiera) y a la AFIP, porque nadie justificó el origen legal de esos dólares ni los pesos que recibió la entidad. Es decir, una complicidad en el lavado de activos.

Entre los damnificados se encuentra una mujer conocida del ambiente empresario de la ciudad, quien le dio a Caino 168.000 dólares. La Mutual 10 de abril debía devolverles en 24 pagarés, con sus respectivos intereses, los cuales fueron firmados por el presidente de la entidad, Elgadban. Denunció que no volvió a ver su dinero.

También aparecen personas vinculadas a una constructora que ha tenido múltiples pleitos en la Justicia y demandas de la provincia y la Municipalidad de Paraná por incumplimientos. Pusieron más de 30.000 dólares que se esfumaron. Otra mujer que se dedica al rubro inmobiliario le reclama a la Mutual 10 de abril y a Caino arriba de 100.000 dólares.

Otro caso particular es el de la empresa LK Service SAS, una firma creada en 2020 dedicada supuestamente a la venta de maquinarias, entre otros rubros. Su titular es Héctor Mario Krieger, y el domicilio de la empresa está en la localidad Oro Verde, donde hay una vivienda, no un galpón ni un local comercial. El reclamo de LK Service es de 50.000 dólares y 7.500.000 pesos, más 12 millones de pesos por intereses; aunque extraoficialmente se habla de que la deuda real sería cercana al medio millón de dólares, pero no tendría cómo justificarlo. En el reclamo civil a la Mutual 10 de abril, el abogado patrocinador fue Julio Lisandro Rodríguez Signes, hermano del fiscal de Estado, Julio César, y quien fuera responsable general de Gerencia de Asesoría Letrada del Instituto del Seguro (IAPSER, que junto al IAFAS crearon Sidecreer), y actual dirigente del Club Atlético Estudiantes de Paraná.

Pero el caso más rutilante en toda esta trama es el de Juan José Canosa. El expresidente de Sidecreer le entregó al mutualista fuertes sumas de pesos y dólares. Al menos así lo confirmó recientemente Guillermo Fabián Caino en la causa contra Canosa por enriquecimiento ilícito, cuando se sentó a declarar en calidad de testigo en el despacho de los fiscales que llevan adelante esta investigación. Sí, otra amistad que se rompió con el paso del tiempo: pasó mucha plata debajo del puente.

Contó que Canosa hizo dos inversiones mediante mutuos: la primera fue el 9 de enero de 2015, cuando era todavía era presidente de Sidecreer, por 920.000 pesos. (El dólar oficial en enero de 2015 estaba a 8,61 pesos; es decir que ese primer mutuo fue por el monto de 169.183 dólares). Esta fue refinanciada al año siguiente. En el tercer mutuo, que en realidad fue la segunda inversión, Canosa puso 100.000 dólares. Caino detalló que en el caso de los mutuos en pesos se pagaba un interés del 2.5% mensual y con los dólares se pagaba un 15% anual. Cada fajo de billetes que recibía se guarda en una caja de seguridad de la mutual. Nada se dejaba en ningún banco, no sea cosa que alguien pregunte de dónde sale la plata. Además, el mutualista recordó que a los intereses se los entregaba personalmente a Canosa, en una playa de estacionamiento de calle Andrés Pazos o en el Gran Hotel Paraná de calle Urquiza, donde atendía Caino. Nunca se firmó ningún recibo.

Todo esto fue ratificado también por el presidente de la Mutual 10 de abril, Fabián Elgadban. Así como el hecho que Canosa no quería que quedara nada asentado en los movimientos ni estados contables de la mutual. Pero en la escribanía de Martín Torrealday se encontraron las constancias de los mutuos firmados en las fechas correspondientes. “Negá todo”, dijo Caino que le rogó Canosa cuando se encontraron frente al estacionamiento donde antes le pagaba los intereses de los dólares que le daba. “Vos hace lo que quieras, yo voy a decir la verdad”, dice el ex mutualista que fue su respuesta.

¿A dónde fueron a parar esos cientos de miles de dólares? Quizás al edificio de calle Tucumán o a alguno de los departamentos de Punta del Este. Aunque la primera pregunta debería ser ¿cuál era el origen de esa fortuna sin declarar? Es la que se busca responder en la causa que aún está en trámite contra Canosa por el delito de enriquecimiento ilícito, que el fiscal Gonzalo Badano solicitó en abril enviar a juicio. Algo que hace 16 años ANÁLISIS ya publicaba: en un informe se describía su situación patrimonial, cuando todavía no era titular de Sidecreer. 

Caino, en tanto, afronta dos denuncias penales que tramitan en la Fiscalía de Paraná por la presunta defraudación o por el delito que se determine finalmente en la imputación. Aunque alguno podrá susurrar “100 años de perdón”, deberá intentar aclarar las cosas ante la Justicia, o al menos dar alguna explicación al despilfarro para buscar la sanción más leve posible.

Y esto recién empieza.

Mientras tanto, avanza la intervención de la mutual 10 de abril a cargo del contador Hundt. Una versión detrás de esta medida es Bruffal está saboreando el plato frío de la venganza. El hombre es presidente de la Federación Entrerriana de Entidades Mutuales (FEDEM). A su vez, es tesorero de la Confederación Argentina de Mutualidades (CAM), donde también tiene un cargo importante el salteño Miguel León Gutiérrez, como secretario, y el también aparece el vicepresidente primero de la FEDEM, Gastón Walter Grand, como vocal suplente segundo, arquitecto y ex viceintendente de Paraná. La CAM tiene una importante incidencia en las decisiones que se toman en el INAES, organismo que apuntaló la intervención de la mutual-lavadora de Paraná.

 

(Nota publicada en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1150, del día 16 de mayo de 2024)

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